MI POSICIÓN FRENTE A LAS TIC
“Esa Escuela
Llamada vida”, título de uno de los libros de Paulo Freire, sin dudas fue uno
de los pedagogos destacados del siglo XX,
en el refleja toda su impronta revolucionaria propia de los años 60 y
70. Utiliza como aula la vida misma que rodeaba la injusta distribución social
en Brasil y toda Latinoamérica. De alguna manera la currícula escolar se
apoyaba en la interpretación de esas prácticas deshumanizadoras en medio de un
capitalismo descarnado e implacable.
Quitando toda interpretación política
del texto, lo cito para ejemplificar de
alguna manera una forma de interpretar la escuela; no es más que viendo la
realidad en la que se inscribe: la vida misma.
Entiendo que las “nuevas tecnologías” son
parte de un proceso de evolución tecnológico que crece y
avanza, del cual ninguno podemos ni debemos quedar al margen, si queremos desarrollar nuestra labor docente
con un viso de seriedad y coherencia con la historia. Ellas te arrastran o te
devoran sin prisa pero sin pausa, como se dijo en las clases presenciales; y
nos obliga a asumirnos en este mundo nuevo para nosotros y tan cercano a
nuestros alumnos.
Considero que estoy parado en medio de
un mundo virtual del que soy parte como usuario y del cual aún me queda mucho por
descubrir y enriquecer. Superé la etapa que me paralizaba o enmudecía ante el
temor de romper mi PC, y en algunas
ocasiones llegué a pensar que podía
estallar ante un clic inadecuado. Parece exagerado pero es vergonzantemente
cierto.
Desde mi espacio en la escuela fueron
los propios alumnos los que me empujaron a este mundo y por obligación asumí la tarea de dar los
primeros pasos frente al ordenador. Aplicar estos conocimientos es todavía una
tarea difícil, sobre todo cuando descubro cosas que los alumnos ya han
desechado
He descubierto ya hace un tiempo, como
el soporte informático virtual logra contener la atención de los adolescentes
por más tiempo, superando la capacidad que tenía mi propia palabra. Pero sin dudas no dejo de
valorar el poder de una charla coherente y confiada de la cual ellos no dudan,
al entender que el interlocutor sabe lo que habla y actúa en consecuencia. Los
jóvenes son más activos en el mundo virtual que adultos pero de ninguna manera
han perdido su percepción de las vivencias interpersonales. Es por ello que
todavía me cuesta asumir que se pueda dar una escuela que solo comunique,
interactúe y logre aprendizajes significativos desde la virtualidad de la “nube
digital”.
A modo de ejercicio personal, subí en mi
blog un posteo sobre la posibilidad que los adolescentes puedan incorporar su
derecho a voto a los dieciséis años e invité a mis alumnos a visitarlo. Recibí
entonces muestras de aprobación y críticas y entre ellas una que me llamó la
atención: profe es muy largo, pero esta bueno. Esto último me lleva a pensar
que no solo debo aprender las nuevas tecnologías, sino también incorporar su
lógica de escritura y lectura. Parece simple pero no será un área sencilla,
sobre todo para un docente de Historia acostumbrado a decir más de lo que los
alumnos están dispuestos o preparados a escuchar.
Por delante me veo ante un
desafío: entender la realidad virtual,
adaptar mis prácticas pedagógicas a las TIC para enriquecer los aprendizajes
mutuos y traducir su lenguaje a mi trabajo docente. Espero estar a la altura de
las circunstancias.
Prof. Germán
Lescano